“¿Que diablos quieres, qué parte del no no entiendes?”
No, no están leyendo el cancionero picot, (por si andaban con el pendiente). A todos nos ha pasado qué, al terminar una relación, pues nos entra el remordimiento, la culpa, la rabia, la ira o el despecho.
Y que mejor forma de sacar ese coraje que: armar una playlist para adoloridas, buscar un buen karaoke, hablarle a las amigas, vacunarse con unos tragos coquetos y soltar todo el dolor que aquél parasito chupa sangre dejó sembrado en ti, todo esto a grito tendido, con unas melodías bien llegadoras.
Esto es una excelente catarsis, recomendada por los mejores terapeutas del planeta, y que te hará ahorrar mucho dinero en terapia para superar tan doloroso bache emocional.
Jamás traten de aplicar la de “un clavo saca a otro clavo”; o sea, ni los carpinteros hacen eso, es algo muy estúpido. Nunca verán a un carpintero tratando de sacar un clavo con otro clavo, de hecho no encuentro la forma lógica o fisicamente posible para hacerlo; no veo cómo esa metáfora se pueda aplicar para algo meramente sentimental o emocional.
Si tratan de sacar un clavo con otro, pues ¿qué pasa? el primer clavo se hunde más, de tal forma que el segundo sólo sirve para que el primero quede clavado mucho más profundo que antes y sea muy difícil, casi imposible deshacerse de ese primer y estúpido clavo.
Pero… ¿qué tal si ese clavo, el primero, clavaba muy bien y a la hora de entonar esos versos de despecho, en lugar de hacerte sacar esos sentimientos para deshacerte de ellos, te hace revivir los encuentros carnales y te dan ganas de hablarle para clavar bien rico, hacer una reconstrucción de los hechos, aquellos hechos en los que le decías: “échamelos todos” (me refiero a que te eche esos versos al oído, a capela, con mariachi o como mejor le salgan… los versos)?
Pues ese es otro error recurrente, hablarle al ex por la madrugada, cuando estas en estado inconveniente e intoxicada (y no de amor). Por muy bueno que tu ex fuera pa’ clavar no puedes vivir aferrada al pasado, más aun si él fue quien tomo la decisión de dejarte ir y que otro carpintero clavara contigo al ritmo que mejor les acomode. Si la decisión fue tuya, y tú fuiste la que dijo: “entonces me daré la media vuelta, y me iré con el sol cuando muera la tarde", pues móntate en ese macho (me refiero en la actitud, no a ningún hombre), sé firme con tu determinación y no te conviertas en esa rima: a la que nomás se le arrimará, o dejarás que se te arrime cuando andes en estado inconveniente.
Por que cuando despiertes al día siguiente y ya te haya entrado la cruda, no tendrás más remedio que tragarte todo ese sentimiento de culpa y aquél bicho rastrero sabrá que, a la primera de cambios y a la menor provocación, él podrá aventarlos dónde, cómo y cuándo quiera… ahh y también los versos.
No, no están leyendo el cancionero picot, (por si andaban con el pendiente). A todos nos ha pasado qué, al terminar una relación, pues nos entra el remordimiento, la culpa, la rabia, la ira o el despecho.
Y que mejor forma de sacar ese coraje que: armar una playlist para adoloridas, buscar un buen karaoke, hablarle a las amigas, vacunarse con unos tragos coquetos y soltar todo el dolor que aquél parasito chupa sangre dejó sembrado en ti, todo esto a grito tendido, con unas melodías bien llegadoras.
Esto es una excelente catarsis, recomendada por los mejores terapeutas del planeta, y que te hará ahorrar mucho dinero en terapia para superar tan doloroso bache emocional.
Jamás traten de aplicar la de “un clavo saca a otro clavo”; o sea, ni los carpinteros hacen eso, es algo muy estúpido. Nunca verán a un carpintero tratando de sacar un clavo con otro clavo, de hecho no encuentro la forma lógica o fisicamente posible para hacerlo; no veo cómo esa metáfora se pueda aplicar para algo meramente sentimental o emocional.
Si tratan de sacar un clavo con otro, pues ¿qué pasa? el primer clavo se hunde más, de tal forma que el segundo sólo sirve para que el primero quede clavado mucho más profundo que antes y sea muy difícil, casi imposible deshacerse de ese primer y estúpido clavo.
Pero… ¿qué tal si ese clavo, el primero, clavaba muy bien y a la hora de entonar esos versos de despecho, en lugar de hacerte sacar esos sentimientos para deshacerte de ellos, te hace revivir los encuentros carnales y te dan ganas de hablarle para clavar bien rico, hacer una reconstrucción de los hechos, aquellos hechos en los que le decías: “échamelos todos” (me refiero a que te eche esos versos al oído, a capela, con mariachi o como mejor le salgan… los versos)?
Pues ese es otro error recurrente, hablarle al ex por la madrugada, cuando estas en estado inconveniente e intoxicada (y no de amor). Por muy bueno que tu ex fuera pa’ clavar no puedes vivir aferrada al pasado, más aun si él fue quien tomo la decisión de dejarte ir y que otro carpintero clavara contigo al ritmo que mejor les acomode. Si la decisión fue tuya, y tú fuiste la que dijo: “entonces me daré la media vuelta, y me iré con el sol cuando muera la tarde", pues móntate en ese macho (me refiero en la actitud, no a ningún hombre), sé firme con tu determinación y no te conviertas en esa rima: a la que nomás se le arrimará, o dejarás que se te arrime cuando andes en estado inconveniente.
Por que cuando despiertes al día siguiente y ya te haya entrado la cruda, no tendrás más remedio que tragarte todo ese sentimiento de culpa y aquél bicho rastrero sabrá que, a la primera de cambios y a la menor provocación, él podrá aventarlos dónde, cómo y cuándo quiera… ahh y también los versos.
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